El proceso de duelo es único y diferente para cada persona. Este comienza con la confrontación personal del vacío que deja el ser querido al partir.
Cuando hay un duelo, habría que reflexionar sobre si el dolor ante la perdida proviene únicamente por la persona que ya no está, o también, por la propia pérdida que experimenta la persona en sí misma.
En una despedida hay una parte de nosotros que se va junto con esa persona.
¿Qué es lo que se pierde?
La persona pierde lo que obtenía y satisfacía por medio de alguien que ya no está.
Se podría decir: “como me siento cuando estoy contigo, que tengo junto a ti”.
Entonces, en un proceso de duelo, lo más doloroso no es únicamente la pérdida de la persona amada, sino también la pérdida del lugar que se tenía junto a ella, el lugar que se ocupaba junto con esa persona.
Perder el lugar hace referencia a una posición, a un rol determinado, entendido como la función que una persona desempeña en un paraje.
Se pierde la posición de ser el hijo, hermano, amigo, novio de alguien que ya no está. Es decir, pierdo a una persona, y por medio de esa perdida, pierdo una función en mí.
“Cuando lloramos las pérdidas de nuestros seres queridos también nos estamos llorando a nosotros mismos, para bien o para mal. A quienes éramos. A quienes ya no somos. Y a quienes no seremos”. Joan Didion.
Qué bonitas palabras, al igual que la persona que lo escribe, tanto por fuera, que es evidente, como por dentro, y eso hay que descubrirlo.
“la pérdida del lugar que se tenía junto a ella, el lugar que se ocupaba junto con esa persona.” Pero que cierto es. No se puede describir mejor
Interesante y profunda reflexión sobre el duelo. Cada uno lo siente de una manera diferente, pero has conseguido sintetizar el sentir común de la mayoría de personas con mucho tacto. Esperando tu próximo artículo!