El 8 de marzo hace referencia a una lucha revolucionaria constante.
Cuando pensamos aquí y ahora en la palabra mujer, nos viene a la cabeza que serlo ya no coincide solamente con la anatomía, ya que ser mujer es una elección, es sentir serlo.
Ser mujer es decidir amar libremente, y entender que el amor no va ligado a un sexo concreto, arriesgando amar a quien se desee y decidir cómo hacerlo.
Ser mujer es tener poder de decisión sobre el cuerpo, y elegir si se desea albergar vida en él, o, por el contrario, sentirse plena y no querer hacerlo.
Ser mujer es estar conectada con el mundo laboral y estar cada vez más involucrada en las empresas, los medios de comunicación y muchos otros ámbitos laborales.
Hasta el momento, ser mujer ha sido una actualización constante.
Quizás, esta construcción progresiva de la mujer surgió cuando cada una de ellas se pararon a reflexionar sobre la mujer que querían ser, cuando entro en juego las aspiraciones y metas.
Y es en este momento, cuando se abre la brecha con la renuncia.
La renuncia entendida como anteponer el propio deseo frente a lo que la sociedad espera que actúe y se comporte una persona según el sexo asignado al nacer.
Durante épocas, la renuncia de la mujer ha sido notablemente alta, y cuando hablamos de renunciar, hablamos de asumir unas obligaciones que no son elegidas propiamente por la persona, sino por la cultura, adquiriendo de esta forma una posición pasiva.
Cuando esto ocurre, se produce en la persona malestar psicológico al no tener el desarrollo personal que desea tener.
El tiempo de la mujer sigue estando expropiado, la economía de cuidados en mayor o menor medida sigue siendo tarea de la mujer, estos aspectos siguen estando muy integrados culturalmente, y de esta integridad surge el poco cuestionamiento.
Estas barreras de insatisfacción personal de muchas mujeres tienen que seguir siendo abatidas tanto individual como socialmente.
Hay que vivir más conscientes y hay que continuar revindicando apropiarse de nuestra pertenencia.
Este escrito hoy va dedicado a todas vosotras.
Que esta movilización de cada día nos permita seguir tumbando muros para conseguir igualdad social.
Ser mujer ahora es asumir una posición de lucha, y eso es ser una mujer en el siglo XXI.
“ Ser mujer ahora es asumir una posición de lucha, y eso es ser una mujer en el siglo XXI.” Representada al cien por cien, gracias por darle más que palabras a este sentimiento. Saludos
Muy bien lucha diaria
Gracias por ser ejemplo de valentia
Que se mantenga la lucha.
“ Ser mujer ahora es asumir una posición de lucha, y eso es ser una mujer en el siglo XXI.” Representada al cien por cien, gracias por darle más que palabras a este sentimiento. Saludos