Es un aspecto protagonista en el desarrollo del niño/a, y qué constituye una de las formas más importantes en las que los niños/as obtienen conocimientos y competencias esenciales.
Es una actividad natural que se desarrolla a lo largo de la vida de todas las personas, con rasgos comunes y características diferentes en las distintas culturas y sociedades.
Mediante el juego los niños/as aprenden y practican aquellas habilidades que propician su trasformación a la vida adulta, a través de su desarrollo intelectual, físico y emocional, la creatividad e imaginación, el aprendizaje y la socialización.
Creando un ambiente estimulante
Los niños/as están expuestos a muchas situaciones estresantes durante el día, el colegio, las actividades extraescolares, y muchas veces no tienen tiempo para jugar.
Con la ayuda del juego el niño/a expresa de un modo natural sus propios conflictos, libera su ansiedad, nos comunica sus temores e inseguridades y en muchas ocasiones, jugando, nos pide ayuda y comprensión.
Por esta razón, tenemos que ofrecer oportunidades de juego y facilitar espacios que favorezcan su curiosidad.
Para lograrlo puedes tener en cuenta los siguientes aspectos:
Debes aportar un espacio amplio y exclusivo solo para jugar.
Es necesario que juegue todos los días.
Dale el tiempo suficiente para divertirse (entre 30 – 40 minutos).
Bríndale la atención adecuada durante el juego.
Es importante que toda la familia participe en los juegos.
Observa y reconoce sus intereses para proponer actividades afines a éstos.
Muéstrale diferentes juegos a través de los cuales pueda experimentar diferentes sensaciones y movimientos.
Utiliza diferentes materiales que enriquezcan sus capacidades.
Inventaros historias o cuentos juntos para promover el uso de la imaginación.
Enséñale los juegos tradicionales de cuando eras pequeño/a.